Como primer instancia, recurrimos a fotografías y cuadros que presentaran diversos elementos formales y conceptuales como referencias para la puesta en escena pretendida.
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Con estas imágenes ilustramos el ambiente a crear y el clima a generar deseado.
Tonalidades más bien oscuras, con luces y sombras contrastantes.
Tonalidades más bien oscuras, con luces y sombras contrastantes.
La iluminación natural de atardecer, en tonalidades frías, generando un espacio melancólico, que remita a lo solitario, distante, entre otros.
Al no incluir en cuadro la presencia del sujeto principal (a diferencia de las imágenes de referencia), denotaremos el espacio como habitado con el uso de diferentes elementos parte del arte planteada, que den indicios de ser habitado.
Al no incluir en cuadro la presencia del sujeto principal (a diferencia de las imágenes de referencia), denotaremos el espacio como habitado con el uso de diferentes elementos parte del arte planteada, que den indicios de ser habitado.
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Entre los diferentes elementos a incorporar en la composición, buscaremos incluir entre ellos el humo, con la decisión estética de utilizarlo junto con la iluminación diseñada, generando un contraluz de este, y a su vez como elemento de composición. Incorporaremos también con este un movimiento interno dentro del cuadro, que refuerce el concepto de aquella presencia en el espacio indirectamente.
El diseño de arte contempla un espacio distópico, apocalíptico. Construido con elementos que den cuenta de ello sutilmente y dentro de una paleta de colores que se integre a la del espacio.
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